Los salarios cayeron un 3,3% promedio entre 2012 y 2015 debido a una inflación en torno al 30% que terminó licuando las subas de las remuneraciones , según calculó la consultora Economía & Regiones en su último trabajo.
En este sentido, en la consultora también calcularon que el salario mínimo real en los últimos años se deterioró un 13% mientras que el de los privados registrados descendió un 6,6%, siendo la jubilación minina la única que aumentó con un alza de 7,3%.
De acuerdo a la consultora, en los últimos tres años los salarios reales retrocedieron incluso más que el PBI per capita que descendió un 0,3%. De esta manera, se revirtió lo ocurrido tanto entre 2003 y 2007 como entre 2008 y 2011 cuando tanto el producto como los salarios reales crecieron con un promedio de suba de precios muy inferior.
Así entre 2003 y 2007 en el Gobierno de Néstor Kirchner el PBI per capita se incrementó un 7,7% mientras que los salarios reales aumentaron un 6% con una inflación de apenas 9,6%. En tanto, entre 2008 y 2011 durante la primera presidencia de Cristina Fernández de Kirchner el PBI desaceleró su crecimiento hasta un 3% mientras que los salarios subieron un 2,2% con una suba del costo de vida de 20,9% promedio.
“La política macroeconómica de la gestión saliente hizo caso omiso al impacto negativo que tiene la inflación en el funcionamiento macroeconómico, la inversión, el empleo, el salario y el crecimiento económico; sobre todo durante la última presidencia de Cristina Fernández de Kirchner”, apuntaron en la consultora.
“El salario quedó preso de las inconsistencias de política y se fue erosionando sistemáticamente; incluso más que el PBI por habitante. De modo que los argentinos tenemos que aprender de una vez por todas que en los procesos inflacionarios sostenidos los trabajadores siempre pierden a la larga”, agregaron.
Este año habrá que ver que pasa teniendo en cuenta que en las próximas semanas comenzará el diálogo entre gremios, empresarios y el Gobierno para tratar de acordar un marco de subas de precios y salarios que no termine impulsando la inflación.
Sin embargo, el comienzo de las negociaciones se presume arduo con gremios reclamando aumentos superiores al 30% para este año y con una inflación que en diciembre pasado se ubicó en torno al 4%.
El líder de la CGT Azopardo ya aseguró que “cuando comencemos a discutir, vamos a pedir lo que la inflación haya deteriorado el salario, y para eso no tiene que haber aprietes”.
“Que no quieran meter líos con eso porque no lo van a conseguir”, expresó el sindicalista la semana pasada y dentro de la central de trabajadores que lidera argumentan que el pedido superará el 30%.

Fuente: Cronista.com