La mayoría aceptó el techo de 15% que impulsa la Casa Rosada, pero con adicionales.
hasta ahora, el Gobierno logró que las paritarias reflejen el techo que quiere para las subas salariales de este año, en línea con su proyección de inflación: 15 por ciento.
Para eso, recurrió a gremios y patronales amigas que se ciñeron al porcentaje deseado, pero que en los hechos pactaron mejoras superiores, vía la cláusula gatillo incluida en los acuerdos del año pasado o a través de aumentos acumulativos.
En lo que va del año, cerraron acuerdos Comercio, Obras Sanitarias, los aceiteros, los municipales de la ciudad de Buenos Aires, los aeronáuticos y los trabajadores de entidades deportivas (Utedyc).
El primero en sellar su paritaria fue Armando Cavalieri, jefe del sindicato de Comercio y uno de los “gordos” (grandes gremios) más cercanos a la Casa Rosada. Acordó una suba del 15% y evitó la cláusula gatillo, otra de las metas oficiales para 2018. A cambio, consiguió una compensación del 6% por la diferencia entre la paritaria y la inflación de 2017. El pacto debe revalidarse el 1° de abril. Pero la firma del acta preliminar a fines de enero le sirvió al Gobierno para exhibir una negociación “ejemplar”. Y nada menos que con el gremio más grande: Comercio tiene más de un millón de afiliados.
Los aceiteros, que en los últimos años consiguieron mejoras salariales por encima del techo oficial, esta vez cerraron en 15%, pero sumaron una compensación por la inflación del año pasado de entre 23.000 y 42.500 pesos, según la categoría.
Otro aliado de la Casa Rosada, José Luis Lingeri, negoció dentro de los límites que espera Mauricio Macri. Esta semana, Obras Sanitarias pactó una suba anual del 15%, sin cláusula gatillo, aunque con una “revisión” en noviembre y una actualización si la inflación supera lo acordado .
En este caso, la clave está en la estructura del acuerdo. Las subas serán dos: el 7,5% en abril y el 7,5% restante en septiembre. Pero serán aumentos remunerativos. A eso hay que sumarle el plus de 2,8% por la cláusula gatillo de 2017. La suma de esos elementos resulta en una mejora salarial real del 18 por ciento.
El caso de los municipales porteños contiene la típica puja sobre qué ítems considerar parte de la paritaria de este año, y por lo tanto, del aumento del salario, y cuáles no.
Los trabajadores del Sindicato Único de Trabajadores de la Ciudad (Sutecba), que conduce Amadeo Genta, y el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta pactaron un aumento en dos cuotas: el 8% en abril y 4% en agosto, tres puntos por debajo de la previsión del Gobierno. El acuerdo prevé un pago de $5000 no remunerativos este mes y un plus del 3% en marzo, ambos por el gatillo de 2017.
Hay un tercer elemento que, según el gremio, mejora la paritaria. Se trata de un plus de 5 por ciento en promedio que los municipales vienen cobrando desde 2015 por la puesta en marcha de la nueva carrera administrativa. Pero, mientras el sindicato lo incluye dentro de la mejora de este año, en el gobierno porteño afirman que ese ítem se acordó en 2015 y que terminará de cobrarse este año, pero que no corresponde sumarlo al aumento salarial de 2018.
El mapa de los que ya cerraron su paritaria incluye a los aeronáuticos, que acordaron con el Estado, su empleador, en noviembre del año pasado, un incremento del 17%. La negociación incluyó un bono y adicionales por productividad, por lo que el aumento de bolsillo llegó a 21,5%. También Utedyc perforó el techo del 15%, con una suba de 19%.
El horizonte, sin embargo, le augura buenas noticias a la Casa Rosada. En las próximas semanas cerrarán sus paritarias el sindicato de la construcción, que conduce otro aliado, Gerardo Martínez, Luz y Fuerza y los gremios del Transporte, entre ellos, los ferroviarios que esta semana sellaron un acuerdo con el Gobierno para unificar diez convenios colectivos. Un gesto de doble vía: una muestra de alineamiento con las políticas de “productividad” que promueve Macri y un guiño a un gremio que le dio la espalda a Hugo Moyano para su marcha del miércoles.